Y la grada cambió de color…

Juan Manuel Fangio ha sido uno de los mejores pilotos de la Fórmula Uno y del automovilismo. Fue uno de los propulsores de este deporte en sus inicios, en esa época en la que los pilotos eran caballeros y la deportividad estaba por encima de cualquier triunfo. Y Fangio fue uno de sus máximos exponentes. Además tenía un talento para la conducción asombroso, y una mente privilegiada que le permitía elegir siempre la opción adecuada. Hoy os contaré una de las anécdotas que giran en torno a la vida de este gran personaje.

 

Estamos en 1950, año en el que debuta la Fórmula Uno. Los pilotos y equipos se dirigían a Mónaco, donde se disputaría la famosa carrera que transcurría por las calles del principado. Fangio había logrado la pole position. Una vez lograda se dirige al organismo organizador, para tratar de conseguir unas entradas para unos amigos. Mientras espera, ojea una revista, donde pudo observar una foto de un accidente múltiple ocurrido en el mismo circuito el año 1936 y en el que se vieron implicados pilotos como Chiron o Farina.

 

Al día siguiente tiene lugar la carrera. Farina adelantó a Fangio pero enseguida este recuperó su posición. Les seguía Villoresi. Los tres hicieron una vuelta asombrosamente rápida y lograron distanciarse. Sin embargo, por detrás se desencadenó un accidente. Fangio ve la chicane del puerto y observa la bandera amarilla. Es en este momento cuando el genio argentino observa la grada y de repente, ¡esta cambia de color!

 

Fangio se da cuenta de que se ha oscurecido, y rápidamente descubre que está mirando sus nucas. Entonces se da cuenta de que algo grave ha ocurrido para que la gente esté mirando hacia otro lado. De repente se le viene a la mente la instantánea que vio en la revista, lo que le hace frenar instantáneamente al pensar que podía haber un accidente múltiple.

 

Cuando llegó a la siguiente curva se encontró el desastre. Coches chocados por todos lados, combustible sobre la pista, etc… Fangio logra pasar despacio, mientras que Villoresi no logró frenar a tiempo y se vió envuelto en el accidente. Fangio ganó de forma abrumadora.

 

Esta anécdota, que es verídica como la vida misma, muestra que Fangio era un piloto sensacional. Tenía una ubicación espacial sobresaliente y una mente que funcionaba mucho más rápido que el motor de su coche. Estos atributos fueron quizás los que, le dieron 5 campeonatos mundiales en una época donde acabar una carrera con vida ya era toda una proeza…

 

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A más ver…

 

Juan Antonio

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